No queda duda de que hoy en día el duopolio del robotcito y la manzana ha acabado con sus competidores. Ya no hay tercero en discordia del que siquiera se hable para bien o para mal.
Symbian
Podría argumentarse que Nokia no se adaptó a los nuevos tiempos y que siguió insistiendo en instalar a sus teléfonos un SO desfasado cuando el público quería otra cosa. Con la llegada del primer iPhone, los finlandeses no supieron cómo reaccionar: su sistema hacía más y tenía más usuarios, pero el de la manzana lo hacía todo más fácil y más bonito. Varios años después Nokia seguía empeñada en los teclados físicos y en Symbian. Hasta allí llegarían.
Blackberry OS
Los canadienses también trataron de adaptar a la era del multitáctil y con su BB Torch más o menos lo lograron; el problema era que la base de su sistema operativo seguía anclado en el pasado y arrastrando una interfaz antañona y compleja. Intentaron resarcirse con BB10, el cual fue un buen intento según sus usuarios, pero como suele suceder llegó muy tarde.
Windows Phone
Microsoft lo hizo todo: compró Nokia, creó su propio sistema operativo de cero, posteriormente empezó a fabricar sus teléfonos e incluso llegaron al 10% de participación en algunos países. Al final –lentamente y sin dar noticias– decidieron cortar por lo sano y relegar su departamento de móviles a un profundo olvido. Más de un año sin un modelo nuevo, y el cierre del soporte a Windows Phone 8 (utilizado todavía por 80% de sus usuarios móviles) es una sentencia de muerte a su sistema operativo para celulares.
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