Hace ya unos meses se publicaron varios artículos diciendo que el formato mp3 había muerto, lo cual forma parte de las inexactitudes que se encuentran en la web.
La realidad es simple y monetaria: los creadores del mp3 al ver que ya vencieron las patentes del formato y que no podrán seguir cobrando regalías por su uso, decidieron detener definitivamente su desarrollo.
¿Qué significa eso? Absolutamente nada, no quiere decir que lo debemos dejar de usar, ni que de la noche a la mañana ya no se van a poder reproducir las canciones; el mp3 seguirá rondando por Internet quizá indefinidamente. Su fallecimiento no depende de la industria musical sino de nosotros los usuarios: cuando lo dejemos de usar, allí sí desaparecerá.
Sin él no seríamos nada
El mp3 es la piedra básica de lo que hoy llamamos “música digital”. Recordemos que a finales de los 90 el CD estaba muy arraigado, no existía un Internet con gran velocidad y el audio de un disco ocupaba más o menos 650 megas.
Entonces apareció una forma de comprimir esa música sin perder gran calidad y que cada canción que ocupaba 50 megas pasara a tener solo 5, cantidad que las redes telefónicas de la época podían manejar con relativa “comodidad”.
No era un formato novedoso, de hecho fue creado a finales de los 80, pero gracias a Napster y a la gran cantidad de programas para intercambio de archivos que empezaron a surgir, el mp3 se coronó como el rey absoluto del audio digital.
Hoy en día existen formatos con más calidad y que comprimen mucho mejor la música, ya hay discos duros que podrían almacenar millones de canciones sin ninguna pérdida de datos. Se ha avanzado mucho en relación con el contenido por streaming, ya ni siquiera hace falta descargar un álbum al computador. Y todo gracias al eterno ídolo de la música digital, despreciado por la industria, pero amado por el usuario normal como usted o como yo.
Larga vida al mp3.
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